¡Para toda la vida!

Cuando digo acepto, digo que te amo, más que un compromiso es una decisión de acompañarte siempre y bajo cualquier adversidad protegerte, abrazarte, felicitarte, consolarte y suplirte de atenciones.

Estoy dispuesto a todo lo que implique el poder estar contigo, ya que verte con vestido blanco y a mí de traje es como un soplo de viento marcando el fin de una estación y el comienzo de otra, una estación de todo lo que una persona pueda considerar felicidad y amor porque no puedo imaginarme todas las mañanas despertando sin verte a mi lado o llegar a cenar sin tu sonrisa frente a mí.

Me parecería casi injusto no brindarte un vínculo inseparable de fidelidad y respeto, de ternura, el simple hecho de pensar que no fuese a durar causa un dolor inmenso que tú con delicados susurros logras ahuyentar y luego me ofreces una promesa de tiempo para darme fortaleza, fácilmente daría mi vida por verte sonreír en tiempo de angustia, para mí los latidos de tu corazón son una melodía que trae paz a mi alma porque sé que me acompañas.

Quiero que seas el sol frotando mi rostro con suavidad  para que abra los ojos  y me sonría de tenerte, no como una posesión sino como una parte vital de mi ser, que desde hoy quiero llevar en conmigo hasta que ya lo único que pueda separarnos sea Dios, a quien agradezco que estés hoy llenando mi vida con aroma a promesa y felicidad, a ternura e incluso a eternidad, quiero ser serenidad en cada una de tus exhalaciones durante el recorrido que hagamos juntos porque una boda no es una parada en el camino sino un  destino definido de armonía vigor, ya no he de esperar nada porque tú eres todo lo que alguna vez espere y no es un sueño, es la más hermosa realidad escuchar de tus labios la afirmación de una maravillosa vida de unión, sosiego y fantasía.